Una nueva investigación que publica Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, ha analizado por qué algunas personas se mantienen lúcidas hasta los 90 años, incluso si tienen las placas amiloides en el cerebro asociadas con la enfermedad de Alzheimer y por qué otros alcanzan los 90 sin desarrollar placas.
Amortiguador de protección en el cerebro
"Este hallazgo es consistente con la teoría de que las personas con mejores habilidades de pensamiento y memoria para toda la vida tienen una 'reserva cognitiva' que proporciona un amortiguador de protección contra los cambios en el cerebro –explica Snitz–. Pueden compensar mejor cualquier cambio cerebral subyacente".
También descubrieron que las personas con la variante del gen llamada apolipoproteína, que se ha asociado con una disminución del riesgo de enfermedad de Alzheimer, eran más resistentes al desarrollo de placas amiloides que las personas que no tenían esa forma del gen.
Las personas con la versión del gen tenían seis veces menos probabilidades de desarrollar placas que las personas sin el gen. Aunque es protectora, es una versión poco común del gen: solo 10 de cada 100 personas en este estudio la tenían. De esas 10, siete personas (70 por ciento) evitaron las placas, en comparación con tres personas (30 por ciento), que desarrollaron placas.
Factores que tienen que ver con el estilo de vida
Algunos factores de estilo de vida modificables también jugaron un papel en el envejecimiento cerebral exitoso. Las personas que nunca fumaron tenían más de 10 veces más probabilidades de mantener sus habilidades de pensamiento incluso con placas que las personas que fumaban.
Las personas que obtuvieron puntuaciones altas en una medida de presión arterial llamada presión del pulso tenían más probabilidades de tener un mayor aumento de placas con el tiempo que las personas cuyos puntuaciones fueron más bajas. La presión del pulso es la presión sistólica, o el número superior en una lectura de presión arterial, menos la diastólica, o el número inferior. La presión del pulso aumenta con la edad y es un índice del envejecimiento del sistema vascular.
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